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LOS MONJES DE SÉNANQUE

 

 

Morían allí rápido y en silencio

y sin estertor superfluo deambulaban

de un lugar para morir a otro,

entrados en años de tanto anhelar.

 

Cual amantes excéntricos habitaban el paisaje,

absteniéndose de todo ánimo de opulencia,

afables como lo ya no temido.

Nunca más pensaban en mudarse.

 

Y nosotros, venidos de los sitios

donde pulula temeraria la palabra,

sabíamos que entre silencio, polvo y piedra

se conservaba el eco exiguo de sus pisadas

 

y callamos, por siempre desarraigados,

en la instrucción de amantes excepcionales.

Y de tanto anhelar

fuimos entrando en años.

 

 

 

Luuk Gruwez (título original: De monniken van Sénanque; extraído de: Bandeloze gedichten [Poemas desenfrenados], p. 26)

© Traducción española: Diego J. Puls 2004

(con ocasión del XIV Festival Internacional de Poesía de Medellín, 2004)