AROMAS |
Huelo –dice mi amor– siempre a ajo y a cebolla. ¿Cómo me aguanta? ¿Acaso nunca desea algún hombre que huela a Armani o a Gucci?
¿Y ella a qué huele? Ella huele a mujer. Su lugar en la cama huele cada noche a sueño. (Y yo, insomne eterno, me tumbo a olerle la sien.)
Pero a veces, en una ociosa tarde de estío, huele de repente a exquisiteces: a ostras bretonas o a caviar del Irán.
Entonces me tumbo a olerla a ella.
Frans Denissen (título original: Geuren) © Traducción española: Diego J. Puls 2005 (con ocasión de una velada poético-musical celebrada en la Fundación Carlos de Amberes, Madrid, 2005) |