LE VIEUX MOULIN (2) |
Le llevo champiñones en un lecho de tomillo. Quiero saber cómo quiebra las láminas –primero las láminas, después el sombrerillo de pegamento blanco con molleja– y cómo le sabe a ella ese bocado.
Le llevo racimos de flores de tilo cogidas por los lóbulos, ella las arranca enrollando la lengua, cabezas verdes y amarillas entre alas de libélulas, y mastica esa dulcamara convirtiéndola en musgo en flor.
Y yo, prisionero de su lengua, mandíbulas y dientes, machacado por los espasmos de sus ademanes degustadores y deglutidores, soy el manjar servido en fuente de oro cuando entro en descomposición por sus fermentos.
Y aunque me convierta en quitina en torno suyo o en quilo en su interior –seguramente viene en los Envagelios–, me anido, convertido en animalillo de un día, lascivo y lírico, entre las paredes de su más cálida celda.
Sybille, nómbrame. Encuéntrame digerido en el jugo de todos tus tejidos, manojo de pelos y dientes. Planta ese cáncer. O en todo caso tolérame como a una broma: una taraza macho en tus entrañas.
Jos de Haes (extraído de Azuren holte [Cavidad azur], 1964) © Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en «Poesía contemporánea en lengua neerlandesa», Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993.
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