EL SER HUMANO INCOMPLETO |
En la mesa redonda donde ha grabado un corazón el habla tartamuda,
bajo el cerezo, que ha vuelto a producir fruto, entalama camisa y pantalón del ser humano incompleto, le abanica calor bajo un cielo inundado de pétalos por el viento,
sentado está éste en el mundo, en este mundo y piensa en la aparición en la espuma,
y así pensando se extiende entre la cabecera y el pie de la cama de su América, tiritando a merced del aire acondicionado en su memoria.
Canto, dice. Y canta:
«Quienquiera que seas, pongo ahora mi mano en tu corazón, pues tú has de ser mi verso; susurro con mis dos labios a tu oído que he tenido muchos amores, pero que a nadie amo como a ti.»
Y siente ya el bochorno del día, que pende todavía en la India sobre los parias agachados, los recolectores de este mundo – y el mundo es redondo como una mesa, siempre Japón se transforma en una Europa con dedos ensangrentados de cereza, su huerto; y éste se levanta, se sacude la noche, talla un corazón, hereda una casa para sentarse a la mesa con alguien en algún sitio.
Benno Barnard (título original: De onvolledige mens) © Traducción española: Diego J. Puls 2005 (con ocasión de una velada poético-musical celebrada en la Fundación Carlos de Amberes, Madrid, 2005) |