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PRUEBA CONTUNDENTE

 

 

El agua se puso de color naranja.

Esa agua milagrosa, corriendo fielmente,

fiel corriente de agua, de pronto naranja,

a nada comparable.

 

Así apareció el mundo,

esa espesura concreta.

Apartamento, punzada, perro,

atmósfera, roca, deriva, generación,

libélula, desierto, leche, teoría,

fundidos e infundadamente naranja.

 

Pero si nada tenía de triste, ni escandaloso,

el mundo no aparecía para impresionar

ni para prevenir contra una desgracia,

no aparecía en forma de rata,

ni venía en plan satírico.

 

El agua corría igual que antes,

sólo que naranja hasta el fondo.

Negaba floraciones, fantasmas, melancolías,

corroborando su importancia.

Y de golpe el mundo corría como el agua,

corría naranja sin motivo,

corría naranja, corría.

 

Tan sólo había ese correr del mundo,

unos dos minutos, encadenándose a la tarde,

y la niña mirando el vuelo de un estornino.

 

 

 

Arjen Duinker (título original: Proef op de som)

© Traducción española: Diego J. Puls 2002

(con ocasión del XII Festival Internacional de Poesía de Medellín 2002)