A PIE |
Las casas están torcidas. En el callejón hay cuatro faroles. Vayamos a pie.
El primero y más lejano es el sol, que alumbra la curvatura de tus sueños, tu cuello y la jubilada ventana desvencijada.
El segundo es una telaraña, de finos sentidos, boca sin habla hambrienta a ambos lados.
Luego está la luna, la luna que se mete en tus manos, tímida sensación de comprender, orden ni desorden.
Por último -¡mira, una máscara puramente evasiva! saltando por encima del ratón y el carbón incandescente y el perro y el añico y las piedras.
Y las casas de aquí están torcidas, y las casas son parte de la leyenda, y las casas conferencian en función del tiempo.
Arjen Duinker (título original: Te voet) © Traducción española: Diego J. Puls 2002 (con ocasión del XII Festival Internacional de Poesía de Medellín 2002) |