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¡POETA!

 

 

¡Poeta!

¡Péinate, lústrate los zapatos!

¡Ponte tu fuero interno!

Vamos a estrecharle la mano al viento.

Vamos a saludar al horizonte.

 

¡Tanto para ver! ¡Tanto que hacer!

 

Vamos a aprender el idioma de los pájaros.

Comeremos la arena del tiempo.

Soplaremos el mundo como un vidrio.

 

¡Sí! Los nombres son aliento.

La luz es el grito de un pájaro.

La verdad, una fábula.

 

Vamos a leerle la palma al viento.

Les cambiaremos los nombres a las cosas.

Dejaremos mudos a los idiomas.

Hablaremos a solas con el horizonte.

 

¡Sí! ¡Sí! Veremos y saludaremos a todo el mundo.

La aduana, las nubes, las lanchas de excursión.

Las sábanas al viento, las gaviotas, los tilos.

La música, los atletas, los platos de la región.

Los camareros, los usos locales, los cruces peatonales. ¡Todo!

 

Viajaremos sin mapa.

Llegaremos a todas partes.

Y haremos una mezcla de todas las manos,

todas las cosas y todos los nombres.

Y en todas partes gritaremos, exclamaremos:

 

¡Abecé!     ¡A!   ¡Be!   ¡Ce!

 

 

 

K. Michel (extraído de Ja, naakt als de stenen [Sí, desnudos como las piedras], editorial Meulenhoff, Ámsterdam, 1989)

© Traducción española: Diego J. Puls (con ocasión del X Festival Internacional de Poesía de Medellín, 2000)