CARTAS |
A éste aún tengo que escribirle, y a aquél que de salud estoy bien que ayer me emborraché en una taberna griega y luego en una taberna turca, y en una noruega
que creo que voy a tener que pagar una elevadísima factura del gas
y escribir otras cosas a otros– fisgonear en un mundo cada vez más inexplicable
que alguien me dijo: los holandeses sois todos iguales a pesar de que había pagado y de que llevaba unas gafas francesas y una antología de poemas alemanes en el bolsillo y de que tenía en casa encima de la mesa el insuperable poema de Anne Sexton wanting to die
y dejad que os cuente cómo cambié los fusibles y cómo de repente volvió la luz y ella dormía en el sofá bajo la manta azul
A uno y a otro tengo que escribirles que no lo haré que me niego que me querellaré que aquí los días se desgastan bajo la lluvia
y que el mundo nunca es más grande que una ciudad ni que yo en esa ciudad mis pies sobre esas piedras y lo que veo al abrir y cerrar los ojos y tengo que preguntarles qué tal les va si ya han acabado de construir la casa si han traducido bien la obra si sus hijos crecen sanos y orondos y si sus mujeres no son demasiado desdichadas
Remco Campert (título original: Brieven; extraído de Mijn leven´s liederen [Los cantares de mi vida], 1968) © Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en «Poesía contemporánea en lengua neerlandesa», Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993. |