A VECES TIENE YA EL ANDAR CANSINO |
A veces tiene ya el andar cansino: el marraqueo de sus articulaciones revela insospechadamente cómo está llamando a las puertas del osario.
Las noches muelen: incesantemente, ella ve caer la harina de las vigas en las sábanas.
Los tañidos de los insomnes los conoce de memoria; uno junto al otro, los zapatos apuntan con los talones hacia el lecho:
está preparada para lo que venga.
Lo indigerido le oprime el estómago; en los hipidos crece a sacudidas hacia el suelo.
Momentos de felicidad aún los tiene; mendigando, sus seres amados la acompañan: envuelta en profunda paciencia recorta las mitades de sus abrigos.
Gwij Mandelinck (extraído de De droefheid is in handbereik [La tristeza está al alcance de la mano], 1982) © Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en «Poesía contemporánea en lengua neerlandesa», Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993. |