CASCAIS |
Dormido junto a una fuente con la cabeza en joven hierba soñaba que todavía era un chiquillo brabanzón en Pamel.
Un atardecer con perfume de flores un murciélago tan chalado como yo, mi madre, desde la puerta, sonriéndole –tan sólo un momento–
a todo y a su hijo; cantaba, yo sabía por qué, cantaba como el trigo y el viento. Madre, ya voy, ya voy.
Alborozado salté a su encuentro pero fui a dar con la cabeza en el empedrado; las estrellas y la luna titilaron y se extinguieron.
Quién sabe dónde empieza el sueño, dónde el viento, dónde el trigo, dónde la madre, dónde el hijo, sus llegadas y regresos.
Glorioso despertar dolorido en su regazo; por eso desperté junto a la fuente. ¡Madre, ya voy, ya voy!
Hubert van Herreweghen (extraído de Verzamelde gedichten [Poemas completos], 1977) © Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en «Poesía contemporánea en lengua neerlandesa», Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993. |