HIJO ESPIRITUAL 2 |
Pensar en visiones futuras dio poderío. Puse en escena un recuerdo, y pinté el techo: el primer azul que verían sus ojos.
Por la noche oí las garzas y pensé: esto es lo que oirá, garzas, de noche. La esperanza lo duplicaba todo, miré con la mirada de otro,
un nieto, con la abuela en el jardín, que juega con la idea de que quizá esto sea lo último, ver este mirlo, y este jardín.
Como un actor a sí mismo, le fui legando nuevos nombres sin cesar. Fue lo que no fue. No deja nada atrás, nada
que no esté hecho a mi imagen y semejanza. Entonces, ¿qué echo en falta? ¿Qué da tristeza si no tiene a nadie a quien señalar?
Willem Jan Otten (título original: Geesteskind 2; extraído de: Ik zoek het hier [Lo busco aquí], 1980) © Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en «Poesía contemporánea en lengua neerlandesa», Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993. |