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ALETA CAUDAL

 

 

Y en el dorso de un pez

los aromas se depositan solos.

 

El del pomelo cubano que trae un viento tibio.

El de la naranja marroquí que trae un viento que algo busca.

El del limón chipriota que trae un viento redondo.

El de la pera argentina que trae un viento heroico.

El de la uva chilena que trae un viento neblinoso.

 

Cada aroma es un instante,

cada instante, sensación.

 

¡Ay, fragancia de acero y fuego y paño y madera y sudor y esperanza y especias!

¡Ay, inabarcable olor a mango y melón y mandarina y ciruela!

¡Ay, fragancia de kiwi, fragancia de contagio, fragancia de atención!

 

Y el pez, curioso, nada,

en un mar de zumo de frutas.

 

¡Ay, aleta caudal que envías historietas al puerto!

 

 

 

Arjen Duinker (título original: Staartvin; extraído de Ook al is het niet zo [Aunque no sea así], editorial Meulenhoff, Ámsterdam, 1998)

© Traducción española: Diego J. Puls