EL LABERINTO INVISIBLE |
En el desierto de arena no hay libertad, aun si no hay verjas ni palos en ningún sitio. Lo mejor —si querés ser libre de verdad— es perderte con gracia por un laberinto.
En un pasillo y otro te ves coaccionado. Pero no te exponés al riesgo de ser presa de algún demoledor de rejas empeñado en ponernos a todos en la misma celda.
No te ven. Estás primorosamente preso. Dejá que los otros corran por los espacios. Que creen desiertos, en su ferviente deseo
de libertad, y que sorprendan a los pueblos entonando sus marchas internacionales. No creo que haya esperanza para esos necios.
Gerrit Komrij (título original: Het onzichtbare labyrint; extraído del poemario homónimo, Bzztôh, La Haya 1980) © Traducción española: Diego J. Puls (para Diario de Poesía, Buenos Aires 1999) |