BIFURCACIÓN CON UN MONTÓN DE LEÑA |
Para Pamela Ann McAdam
Es otoño o casi invierno, así lo quiere el pintor, porque mira: un «paisaje espiritual» sin un alma, un paraje perdido. ¿Acaso una imagen en que vivir? <La tierra aún vacía, el espíritu libre por entonces> indica de modo casi ilegible el reverso del tablero. ¿Será una casa de aquellas en las que uno siempre ha querido instalarse con un ansia apenas contenida?
Yacen troncos a un lado del bosque en la axila de dos senderos - panes sin serrar, amontonados para el nuevo año.
Y justo cuando uno decía: «¡Oigan el grito del faisán! Graben ahora sus nombres en la madera que mañana ha de arder» - otro se refirió a un banquete al caer la tarde, a una cena de medianoche, y a que llevaban ya un siglo o más esperando en la casa de campo gris con los postigos, allí, entre los plátanos sin hoja donde cae, invariablemente, una luz nívea -
H.C. ten Berge (título original: Wegsplitsing met houtstapel) © Traducción española: Diego J. Puls (por encargo del NLPVF, con ocasión del festival internacional de poesía de Medellín 2006). |