NADA, NI SIQUIERA EL TRABAJO DURO... |
nada, ni siquiera el trabajo duro ni mirar mucha televisión sirve para conjurar la muerte
sin embargo, en la tierra de nadie de los desamparados estás obligado a ir en busca de lo germinante y vinculante, sencillamente porque a pesar de tu voluntariedad y tu autorreferencialidad estás a punto de rendirte tan pronto como la muerte se autoinvite en lo en que vive en ti,
lo que heredaste desde que uno que partió dejó para ti en la eternidad de su ausencia y te metió en prisión en el secreto de tu fragilidad y te dejó con la incertidumbre sobre lo que de él se cierne sobre ti
por eso terminaste armada a su alma, te volviste pública cual imagen de su figura, cual atrevención en torno a su fin, cual burbuja en su ser, en cuya calidad se ha ahuecado tu nombre, se han incidido tus palabras, se ha encogido tu potencia
por eso ahora lastras la mirada del espantado y el escalofrío del sido y tienes que buscar refugio en la maternal que sin empacho ni ánimo de lucro alguno se digna a tejer flores en tu angustia, besar a la futura muerta en tus ojos y cobijarte en la opulencia de
su αιrε
su rιsα
su lυz
Henk van der Waal (Título original: met niks, ook niet met hard werken...; extraído de Vreemdgang [Adulterio], editorial Querido 2007) © Traducción española: Diego J. Puls (con ocasión del XIX Festival Internacional de Poesía de Medellín 2009) |