CIUDAD, BOSQUE |
La ciudad es un bosque. En las altas copas lechuzas. Ved sus ojos amarillos y cuadrados.
Pero yo no soy ningún ratón. Me escabullo por los matorrales, callejón, escalofrío.
De la petaca abollada los últimos tragos, ardientes con desesperado fuego. Dentro de mí
todo se apaga. «A casa», me reitero, «hay que ir a casa.» Murmullos
en las cimas, crujidos a mis pies, muchas cosas que acaecen inadvertidamente,
y la oscuridad, la noche es fría, fría pero negra.
Mark Boog (título original: Stad, bos; extraído de Er moet sprake zijn van een misverstand [Debe de haber un malentendido], Editorial Cossee, Ámsterdam 2010) © Traducción española: Diego J. Puls 2009 (para Alhucema, Revista Internacional de Teatro y Literatura, n.º 23, enero-junio de 2010) |