ST. IVES |
El acantilado donde estábamos sentados a cien metros por encima de las olas felices y contentos cuando ya no me atreví a moverme por temor a tanta espuma y a las piedras puntiagudas allá abajo y Casper que de pronto se incorpora y temerario se pone a bailar desplegando al viento sus cabellos colorados en la última luz del atardecer
Una eternidad –¿cuánto duró? ¿dos segundos, tres?– sostuvo una pierna en el vacío el sol invisible a sus espaldas sólo los rayos rodeando su cabeza como una aureola
Y yo
Yo no me atreví o no quise prevenirlo porque era demasiado bello y real al mismo tiempo.
La vida dio paso al mármol El aliento al hielo
Jules Deelder (título original: St. Ives) © Traducción española: Diego J. Puls, para el XX Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia), 2010 |