MADRE |
Lejos del campamento de indios, de la gente con olor a aceite, del lápiz detrás de la oreja del verdulero. Lejos de la primera mano de pintura en el portón, de la arena en el pelo, de toda vida, yace inmóvil en la cuna el hermanito.
Al diario le incomoda el bacalao. Los cien gramos de tomates en la bolsa se suenan en ella la nariz. Todo rezuma tristeza. Pero la pintura papa moscas y el cielo luce azul.
El padre venga soplar aire, apretando pistones que ya no emiten sonido alguno. Qué lentos son los pasillos de azulejos para quien vuelve
la vista atrás. Metemos un muñeco en una caja, dejamos algo de cambio en un platito, comemos galletas, decimos a todo amén. Pero velas no nos dan. El suelo se muestra duro con nuestras palas. Los vecinos detrás de los ligustros callan.
Los graznidos de ella se oyen en los cuervos del canal.
Peter Theunynck Título del original: Moeder [Extraído de: De bomen zijn paars en de hemel (Los árboles son de color violeta y el cielo, 1999), pág. 118] © Traducción española: Diego Puls (para el XVIII Festival internacional de poesía de Rosario, 2010) |