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FABÚLAME

 

Recuerdo la vida que no se termina

Recuerdo los viajes por la amplia nieve azul celeste

Recuerdo los cerditos muertos a la vera del camino

durmiendo dulcemente, aún hablaban

Recuerdo mi primer amor que me dejó

Recuerdo a mi madre, a veces es feliz

Recuerdo mi caída de la bici como una figurita

sobre un viaducto en la helada

Recuerdo a mi marido con omóplatos como alas

Recuerdo una procesión en el pueblo primaveral con cintas

en los árboles, los vestiditos blancos falsos al sol cortante

recuérdame

Recuerdo a mi hijo nonato

Recuerdo la ciudad, sus suburbios, el edificio de la saltadora invitada

donde yo estudiaba

Recuerdo mi violación en un apartamento calefaccionado en Roma

Recuerdo al estudiante de arquitectura, sobrevivió sin mí

pero me quedé con él

Recuerdo a mis amores, que me abarcaban como un planetoide

Recuerdo el bar azur donde no debía servirle más de diez

espressos a un escritor, aunque él no contara conmigo

Recuerdo el canto elevado con una chica entre los prados

tenía el pelo adusto igual que yo, conocíamos nuestro comienzo

anda

Recuerdo la noche crepitante en la que hicimos un hijo

Recuerdo que oscuras mañanas se atascaban con estrellas tercas

Recuerdo mi anhelo como una vid

Recuerdo a mi padre, debía morir mas tenía últimas palabras

Recuerdo que mi marido y yo amábamos la mar

Recuerdo las islas, que escarbábamos cual perros

Recuerdo a mi hermana gemela, juntábamos nuestras lenguas

Recuerdo mi cabello largo gastado por los asientos en habitaciones

sillas tranvías trenes camas manos

anda recuérdame

Recuerdo las caras botellas de vino que me compró mi marido, para

él el jamón con pata, hacía de mí un soldadito sin arrepentimiento

Recuerdo la llegada de mis libros, no eran partos

siempre habían estado allí

Recuerdo a mi hijo, sus manos sus uñas romas, por qué lloro

Recuerdo mi temor nocturno, noches seguidas, no azul noche

sino naranja vivo

Recuerdo a mi madre, se casó en secreto

Recuerdo a mi hermana gemela, juntábamos nuestras lenguas

Recuerdo al poeta porque me hacía oír las dunas, nos queríamos

pero nos volvíamos locos

Recuerdo la luz, plata pez plomo fina gris etérea verde

hazlo

Recuerdo la división de cuerpo, no de cuerpo y alma

Recuerdo al profesor de lengua, fui una muñeca en su cama

no su primavera en Fialta

Recuerdo al cineasta que me abraza en el papel y de verdad

como nadie, porque en el papel me abraza como solo

un cineasta sabe hacerlo

Recuerdo el perfume Stendhal que yo no podía pagar y se derramó

en el cuarto de baño tras lo cual me tendí en él desnuda

Recuerdo las casas donde viví, me arrebataron algo

y no me quieren de vuelta

Recuerdo el consuelo de Paustovski, que me habla cuando está recostado

junto a mí pero a él no puedo consolarlo porque es polvo

Recuerdo mis poemas, nadie los entiende

Recuerdo fabulosamente fabúlame

 

 

 

Sasja Janssen (título original: Fabel mij; extraído de: Ik trek mijn species aan [Me pongo mi especie], editorial Querido, Ámsterdam, 2014)

© traducción española: Diego Puls 2013 (versión revisada en 2014 con ocasión de la XVIII Feria del Libro de Guadalajara, México)