ÚLTIMO PUERTO |
Hola hombre sin nombre, te saludo, de camino al último país donde dan la bienvenida a todos donde nada requiere saber de nadie. Hola usted, sin papel, sin identidad. ¿Qué andaba buscando? ¿Quién se le ha perdido?
¿Quién mira ahora fijo por una ventana vacía y le espera, hombre sin nombre, espera, mientras yo hablo profiero en una sala vacía mis palabras vanas? Llego tarde. No le he conocido.
No en su flaqueza, no en su fuerza. No en el último país, allí, donde aun anónimo es bienvenido. No sé qué lengua hablaba.
¿A quién amó usted entonces? ¿En qué habitaciones durmió, quién estiró sus sábanas, quién termina de gastar sus camisas? ¿Quién quiere estar en su pellejo? ¿Quién emprenderá entonces su camino?
¿A quién sigue usted buscando? ¿Quién sabe de dónde vino? ¿Quién oyó la voz que entonces le llamó a su último puerto: Ámsterdam?
F. Starik (título original: Laatste haven; extraído de: De eenzame uitvaart [Los funerales solitarios], ed. Nieuw Amsterdam), 2006 © traducción española: Diego J. Puls 2013, por encargo de la fundación LIRA |