ENCERRADOS EN LOS CUARTOS DE SOLAZ |
Está bien buscar símbolos en la oscuridad de este taller derruido.
Afuera huele a los campos de colza de Taraskovo. Los perros son rusos; el dinero, norteamericano igual que la comida, hecha para la generación ruborizada que se apoya ahora en el mundo temerosa de que todo se verá distinto si alguien cierra las ventanas.
Los mecánicos dicen que ya es hora, quieren irse a dormir. No necesitan resistirse a sus edades ni entender nada de los chicos y las chicas que amén de su talento para repetir las noticias son capaces de comer aun sin comer.
Se mantienen chicos por propio encargo y unos campos más allá tropiezan con sendos sexos presas del pánico. En casa se encierran en cuartos de solaz, disienten de las palabras han sido derrotados por los mecánicos. Los mecánicos se amargan. No practican el dolor. En el taller ya están reparando el accidente para la noche venidera.
Jan Baeke (título original: Thuis in de troostvertrekken; extraído de Seizoensroddel [Habladurías de estación], ed. De Bezige Bij, Ámsterdam 2015) © traducción española: Diego J. Puls 2016, con ocasión del XIII Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua (por encargo del Fondo de las Letras Neerlandesas) |