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LA CASA DETRÁS DE LA CASA

 

1.

 

Mira las relaciones tan terribles no son, solo es cuestión de no esgrimir

arrepentimiento. Pero cada vez más seguido

 

yo quería extraer primavera del aire como nicotina de un vapeador.

A veces quería hacer que aún se deslizara un poco sobre mí

 

como una manta ignífuga pero su cuerpo era siempre un no de carne,

entonces llega un momento en que das por terminada la reunión.

 

2.

 

Alguien me contó una vez que detrás de nuestro mundo existe otro mundo.

Uno donde en el portal ya no es necesario buscar

el hogar detrás de la puerta de entrada. Uno donde no ha menguado el querer.

 

Lo único que hay que hacer es cerrar una cuenta.

Y ofrecer un par de disculpas.

 

Pero yo no quería irme a casa. Quería volver al pasado,

a cuando su opinión sobre mí aún lograba destrozarme.

 

3.

 

Empecé la conversación ofreciendo un par de disculpas

y luego me convertí en un gusano y me metí debajo de la tierra.

 

Y encima de la tierra él en calzoncillos pegaba saltos

que por qué yo no era capaz de ser normal.

 

Y pasé junto a una antigua versión de mí misma que estaba compostando

en paz. Y una larva de mariquita me dijo la tristeza bah la tristeza

no es más que un pequeño infarto de carácter.

 

4.

 

Era bastante divertido ser gusano,

andar un poco de acá para allá, mordisquear las raíces

de las rosas mosquetas.

 

Y seguro que llegaría el día en el que de mi liso cuerpo gusanil

volviesen a brotar brazos, para poder abrazar de nuevo.

 

Seguro seguirían un montón de mensajitos rabiosos, mails, líos de dinero

y pertenencias pero mientras tanto yo seguía siendo un gusanito, así

seguí andando de acá para allá y así supe hibernar.

 

 

 

Ellen Deckwitz (título original: Het huis achter het huis)

© traducción española: Diego J. Puls 2018 (con ocasión del XIII Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires)